miércoles, 20 de agosto de 2014

Regalo a una amiga

De nuevo he incumplido mi propósito de actualizar el blog con más frecuencia, pero lo cierto es que llevo muchísimo tiempo que no hago nada nuevo, así que no me queda otra que rebuscar por aquí a ver qué hay. Hoy voy a publicar el regalo que hice para una buena amiga hace casi tres años pero que, por unas cosas y otras, no pude entregárselo hasta hace unos meses. Conseguí, con malas artes, todo hay que decirlo, que me enviase unas fotos de un rincón que había preparado su marido en su casa y del que ella estaba muy orgullosa puesto que todo lo había hecho él y esta es la copia que hice. 

No quería que quedase demasiado plano así que coloqué todo en diagonal y, de paso, conseguí un hueco detrás de la ventana que hace que la cortina no quede aplastada o que uno de los lados resultase más ancho que el otro.


Aquí se puede ver el original y todas las diferencias, para empezar todo es mucho más estilizado, no logré dar con el tono de las puertas, ni las proporciones, pero no conseguí hacerlo mejor.


La hortensia no aparecía en este lugar, sino en otra parte del jardín, pero me tomé la libertad de moverla de sitio. Hice un pequeño tutorial de la hiedra que se puede ver aquí.


Como no me gusta dejar las cosas vacías, rellené el armario con diferentes herramientas, botes de pintura, abonos... lo que se me ocurrió sobre la marcha.


La cesta con setas es otra licencia que me he tomado conociendo su afición a buscarlas. Y esto es todo por hoy.




Hiedra




Estos serían los materiales que he usado: 


Empiezo pegando  trozos de cobre sobre  la cinta de carrocero hasta formar la rama completa


También las hago con más ramificaciones


Pego la otra parte de la cinta


 Dibujo las distintas hojas (para que se vea el proceso, en realidad las recorto sobre la marcha)


Marco con un punzón los nervios de las hojas


Recorto todo


En este momento conviene pintarlas pues luego cuesta más. Pinto más oscura la cara de las hojas


El envés  un poco más claro


A continuación retuerzo tanto el tallo central como los de las hojas


Advierto que hay que hacer muchas, muchas para conseguir que quede una enredadera bien tupida


El mismo proceso lo utilicé en su día para hacer el emparrado, modificando un poco la forma de las hojas